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jueves, 11 de abril de 2024

Una nueva diplomacia para la paz


Evidencias encontradas por arqueólogos y otros especialistas en Asia Occidental, dan cuenta que en fecha tan lejana como tres milenios atrás existían vínculos de amistad, así como alianzas y compromisos para establecer límites, acuerdos de defensa mutua y mecanismos de cooperación entre sumerios, egipcios, babilonios asirios y medos.

De igual forma, se conoce que en Asia, África y América, así como en las ciudades-Estado griegas o en la Europa previa a la existencia del imperio romano, hubo manifestaciones de relaciones entre actores políticos de diferentes regiones. En épocas más recientes, la dinastía Ming en China (1368-1644) que dirigió un poderoso imperio considerado el más avanzado del siglo XVI, logró consolidar vínculos con Estados ubicados en su entorno.

En Occidente, los Estados soberanos comenzaron a surgir en el siglo XV, pero fue dos centurias después, tras la Paz de Westfalia (1648), cuando se consolidó una sociedad internacional más o menos en los términos que aún existe. La preponderancia de Occidente desde entonces y la imposición de un mundo euro céntrico hizo que –por la razón o la fuerza- el modelo europeo (valores, instituciones, reglas y prácticas) se expandiera y universalizara.

Así, en la medida en que surgieron los Estados nacionales e hicieron vínculos con otros pares, se establecieron relaciones “inter-nacionales” para manejar formalmente estos lazos. La diplomacia fue el instrumento creado para legalizar estas relaciones. Etimológicamente, la palabra diplomacia proviene del verbo griego “diploun” que significa doblar y refería al documento plegado que el mensajero de un soberano llevaba a otro. Pero también se puede interpretar como la acción de doblarse en dos, a fin de lograr un objetivo.

viernes, 5 de abril de 2024

Lula y Petro: “Dime con quien andas y te diré quien eres”


No escribo con alegría este artículo, más bien lo hago con dolor, pero cuando no se guardan las formas, se deben decir las cosas por su nombre. Los presidentes Lula y Petro decidieron hacerse parte de la agrupación de corifeos que dirigidos por Estados Unidos y la Unión Europea atacan a Venezuela en nombre de ciertos valores liberales que los obligan a rendir cuenta ante el hegemón imperial.

Lula ha sido, sin duda alguna, un gran luchador social que enfrentó a la dictadura que asoló a su país por más de 20 años, pero no es un revolucionario ni ha confrontado el sistema de dominación de su país; al contrario, es parte de él. Su objetivo es producir reformas que mejoren las condiciones de vida de los brasileños sin tocar los intereses de las grandes empresas extranjeros que permanecen en el país. Como se decía a finales del siglo pasado es un social demócrata tradicional al estilo Willy Brandt o Françoise Mitterand, a quienes adora y admira.

En esa medida, no ha abandonado la idea de fortalecer el subimperialismo brasileño que heredó de sus antecesores intentando construir una integración subordinada. Por eso su esfuerzo de aliar Mercosur e incluso América Latina a Europa. Su operador político en estas lides fue, y es, Celso Amorim, un diplomático de carrera, típico producto de Itamaraty, devenido militante del PT por las circunstancias y los intereses mutuos. Es Amorim quien ha “bombardeado” a Lula -tras recibir instrucciones del Eliseo- acerca de las “carencias democráticas” de Venezuela basadas en la imposibilidad legal y constitucional de la señora Machado de ser candidata en las elecciones.


Hay que decir que es natural que Lula y Amorim actúen así, responde al ADN de la élite brasileña que nunca ha luchado contra nadie. Todo lo han obtenido negociando y cediendo en el marco de una institucionalidad sistémica frente a la cual jamás se han rebelado. Por supuesto que en la historia de Brasil ha habido grandes líderes revolucionarios como Tiradentes, Carlos Marighella y Luis Carlos Prestes entre otros. Lula no es uno de ellos.

lunes, 25 de marzo de 2024

Nueva publicación: "Bolívar mexicano, Bolívar americano".


Primera edición:
Centro de Estudios Simón Bolívar, 2024
Comisión Presidencial para la Conmemoración del Bicentenario
Caracas, Venezuela.



jueves, 21 de marzo de 2024

Macron. Tragando sapos en África y deshojando la margarita en Ucrania

 

Durante la semana nos dejaron dos grandes amigos y hermanos, Alexis Texier, chileno, compañero de lucha en aquellos aciagos días de combate frontal a la dictadura cívico militar comandada por Pinochet. Así mismo, partió a la inmortalidad Roberto Cirilo Perdía, líder montonero quien me ayudó a dar los primeros pasos en la vida clandestina en aquellos intensos años 70 y 80 del siglo pasado. Perdía fue un maestro, solidario, fraterno, consecuente hasta el último día, de esos revolucionarios que jamás se rindió y jamás se amilanó. Era de una integridad a toda prueba que desearíamos para los jóvenes que hoy se incorporan a la lucha. Alexis y Roberto. ¡Hasta la Victoria. Siempre. Venceremos!

En días recientes, Francia y su presidente Emmanuel Macron han querido cobrar especial protagonismo en la confrontación contra Rusia haciendo y diciendo cosas que rayan en una irracionalidad pocas veces vista. Pareciera que la política exterior francesa se ha comenzado a construir a partir de perversidades y diletancias poco habituales en un país que fue considerado un pilar de la cultura y la civilización occidental. En el mundo diplomático es conocido que el presidente Sarkozy hizo jugar a Francia un papel determinante en la agresión a Libia (que concluyó con el asesinato de Muamar Gadafi), solo por frustraciones de orden personal que lo llevaron a un odio incontrolable basado en problemas conyugales que atribuía a acciones del líder libio.

Ante esa situación, es válido ahora preguntarse cuáles podrían ser las motivaciones del presidente Macron para hacer pública su animadversión hacia Rusia y su interés en protagonizar y vanguardizar una cruzada europea contra Moscú. Pareciera que en este caso, las razones no son tan mundanas como en el anterior, no obstante, es comprensible la ira del presidente francés al observar que la otrora potencia colonial que hoy dirige, se está desvaneciendo bajo su mandato.

Lo dijo él mismo en marzo del año pasado durante una visita a Gabón cuando afirmó que "la era de la ´Francáfrica` ha terminado", lamentando que todavía se vea a su país como injerencista en los asuntos internos de las naciones africanas. Cuando hizo tal afirmación , había transcurrido poco más de un año desde el inicio de la operación militar especial (OME) de Rusia en Ucrania.

¿Podría decirse que la OME fue causante de la reciente debacle del poder francés en África? Es difícil dar una respuesta terminante en ese sentido, pero, de lo que no cabe ninguna duda es que tal hecho ha tenido una relevante influencia en la decisión de los Estados africanos de alejarse de Francia, lo cual no es más que otra expresión de la crisis estructural de la hegemonía occidental sobre el planeta, sobre todo cuando en sentido contrario, cada vez mayor cantidad de países de ese continente se acercan a Rusia y también a China. Vale recordar que con el ingreso de Etiopía y Egipto al BRICS, el continente africano sumó tres miembros en ese organismo, más que Europa y América que solo tienen uno y solo por debajo de Asia que cuenta con cinco. De manera tal que el protagonismo de África en el mundo nuevo que está naciendo es de indudable relevancia.

viernes, 8 de marzo de 2024

¿Dónde estamos? ¿En qué lugar y en qué momento de la historia nos encontramos? (II y final)

 


En años recientes, tres acontecimientos vinieron a acelerar el proceso de construcción del nuevo mundo:

1. La pandemia de Covid19.

La pandemia puso en evidencia la incapacidad del sistema internacional y del capitalismo para enfrentar a un enemigo común de toda la humanidad. Fue un momento estelar para coordinar acciones y ponerse de acuerdo para cooperar, pero fue imposible porque primó el interés por mantener funcionando la economía por encima de la salud y asegurar el lucro y la ganancia en vez de preocuparse por salvaguardar la vida de los seres humanos. El país más rico del planeta con 330 millones de habitantes vio morir a casi 1.2 millones de ciudadanos por la incapacidad de proteger a su propia población. En el extremo opuesto, en China con 1.4 mil millones de habitantes, fallecieron 120 mil ciudadanos. Se puso sobre el tapete la forma diferente como ambos sistemas atienden la salud de los ciudadanos, manifestándose el contraste entre aquellos países que invierten en salud pública y los que la consideran un bien del mercado. Este hecho dio inicio al proceso de transformación global.

2. La Operación Militar Especia (OME) de Rusia en Ucrania.

Ante la incapacidad del sistema internacional por evitar que se siguiera consumando el genocidio contra la población ruso parlante en el este de Ucrania, ante el peligro de expansión del nazismo que tomó a ese país como base de su florecimiento mundial y en consideración del grave riesgo que significaba la expansión de la OTAN para su paz, la de la región y del mundo, Rusia se vio obligada a iniciar una OME en territorio ucraniano. Más allá del desarrollo del conflicto en su dimensión local y regional se debe considerar el impacto que está teniendo a nivel global. El 21 de marzo del año 2023 durante una visita a Moscú y en el momento que se despedía de su colega ruso, Xi Jinping le dijo a este: “Están ocurriendo cosas que hace 100 años no pasaban” y refiriéndose a sus países, remató “…y nosotros somos los protagonistas”. En esa frase se expone lo que está ocurriendo: cambios nunca antes vistos en más de un siglo.

miércoles, 28 de febrero de 2024

¿Dónde estamos? ¿En qué lugar y en qué momento de la historia nos encontramos? (I)

 

Este artículo fue publicado el pasado 27 de febrero en la Revista Soberanía N° 7 de la Casa de la Soberanía Miguel d´Escoto Brockmann de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN). Managua. Por razones de espacio, aquí será divulgado en dos partes.

El ritmo de los acontecimientos internacionales es avasallador. Inmersos en la dinámica de la sobrevivencia cotidiana resulta sumamente complicado seguirle el paso a los hechos regionales o globales que, dada la interdependencia de los procesos, terminan influyendo y afectando el quehacer local en cualquiera de nuestros países.

En este contexto es válido preguntarse, ¿en qué lugar y en qué momento de la historia de la humanidad nos encontramos? La respuesta puede sonar un tanto frívola, pero creo que estamos pasando por un tsunami de varias olas que han sido generadas por una superposición de movimientos tectónicos que están ocurriendo simultáneamente.

La primera ola expone el trance que significa el cuestionamiento creciente a la democracia surgida hace 2.700 años en la Grecia del siglo VI antes de Cristo y que, a pesar de haber sufrido grandes modificaciones a lo largo de la historia, se mantiene como esencia del modelo político de Occidente, fracasando y generando conflictos en su intento de transformarse en modelo universal. La segunda es aquella que ha emanado de las primeras manifestaciones de crisis estructural del capitalismo surgido hace alrededor de 250 años tras la revolución industrial iniciada hacia 1760 en el Reino Unido en lo económico y la revolución francesa de 1789 en lo político. La tercera es la del fin del modelo heredado de la segunda guerra mundial y la consolidación de la hegemonía estadounidense hace casi 80 años. Finalmente, la cuarta ola es la que se ha formado por el fin de la bipolaridad hace 30 años sin que el mundo haya podido estabilizar un nuevo sistema internacional.

jueves, 22 de febrero de 2024

Este Caribe nuestro


En homenaje
al general Augusto C. Sandino
en el 90 aniversario de su paso a la inmortalidad

Viendo por televisión la Serie del Caribe de beisbol, más allá de los éxitos del equipo venezolano que resultó campeón, no dejé de sentir algunas inquietudes en el contexto. En primer lugar porque se realizó en Miami y en segundo lugar que, por esa misma razón Cuba no pudo participar. De entrada me cuesta pensar en un caribe sin Cuba. Para aquellos lectores que viven fuera de nuestra región y no están interiorizados con el tema, quisiera explicarles que la Serie del Caribe es el campeonato anual entre equipos ganadores en sus series de beisbol nacional. Una suerte de Copa Libertadores de beisbol.

Desde niño, mi vida está vinculada al Caribe, sería imposible imaginármela sin que ese venerado espacio de agua salada y cálida, no esté presente. Recuerdo ahora las memorias de Gabriel García Márquez tituladas “Vivir para contarla” que bien podría ser el marco suficiente para referirnos a la identidad caribe, a la condición caribe escrito con minúscula como adjetivo que nos caracteriza y nos diferencia.

Con su lenguaje florido y caluroso en el cual una sola palabra sirve para mostrarnos el todo, nos recuerda el Premio Nobel “nuestra cultura caribe”, el “octubre caribe”, la ”poesía de la costa caribe”, nuestros “paisanos caribe”, un “corazón caribe”, el “arte caribe” y para señalarnos la sólida raíz de un personaje, lo define como “un caribe puro”.

No sólo la valía intelectual de García Márquez pondera su variadas menciones de nuestro Caribe ahora con mayúscula, debe recordarse que el escritor es colombiano, país que -al igual que la mayor parte de los centroamericanos- desde hace relativamente poco tiempo ha comenzado a descubrir su identidad caribeña, prueba es que Barranquilla, una de las ciudades colombianas más identificadas con nuestra región es la capital del Departamento del…Atlántico.